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viernes, mayo 11, 2007

Un año de amor 


Ya ha pasado un año... quien lo hubiera dicho.

Después de tantas riñas, desencuentros y malos momentos, hemos conseguido adaptarnos y ser felices en los tiempos y espacios que ocupamos.

Me das estabilidad... cuantas veces te lo he dicho. Y es cierto, gracias a ti he abandonado las calles y el vagabundear en busca de cariño furtivo.

Tú dices que ocupo un lugar emocional importante en tu vida. Tú en mi vida también. Eres la tercera pata del taburete, la pieza que hace que el puzzle encaje.

Y ahora tengo una vida sentimental de abuelita jubilada. Aunque de vez en cuando me tomo un carajillo de ron.

Gracias, te quiero.

LUZ CASAL
UN AÑO DE AMOR


Lo nuestro se acabó
y te arrepentirás
de haberle puesto fin
a un año de amor.
Si ahora tu te vas
pronto descubrirás
que los días son eternos
y vacíos sin mí.
Y de noche , y de noche
por no sentirte solo,
recordarás nuestros días felices,
recordarás el sabor de mis besos.
Y entenderás en un sólo momento
que significa un año de amor.
Que significa un año de amor.

Te has parado a pensar
lo que sucederá
todo lo que perdemos
y lo que sufrirás.
Si ahora tu te vas
no recuperarás
los momentos felices
que te hice vivir.
Y de noche , y de noche
por no sentirte solo,
recordarás nuestros días felices,
recordarás el sabor de mis besos.
Y entenderás en un sólo momento
que significa un año de amor.
Y entenderás en un sólo momento
que significa un año de amor.

sábado, mayo 05, 2007

Sueños 


Es la segunda vez que sueño contigo en estos (casi) dos años de espera... es curioso, en ambas ocasiones han sido situaciones vívidas, mezcla de elementos reales en tiempos, lugares y espacios diferentes.

La primera vez soñé que te visitaba. La cárcel era un jardín, un lugar extrañamente vigilado, donde había cierta armonía dentro de un sistema de normas muy severo.

Había también un río con barcas. Mucha luz y mucha agua. Y finalmente te encontraba en un lavadero de ropas, entre telas blancas y luces del crepúsculo. En un rincón me abrazabas y hablábamos lo justo para que no sintieran nuestra presencia, midiendo el tiempo para que tampoco notaran nuestra ausencia. La piel decía más que las palabras.

Yo iba acompañada de mi familia paterna. Ellos iban cargados de regalos, no sé, era todo un poco inconexo. Recuerdo también algunas sensaciones de miedo, que me hacían recordar donde me encontraba.

Esta vez el sueño era diferente. Te habían concedido un traslado a Barcelona y tenías un permiso de fin de semana. Curiosamente, te iba a recoger a mi antiguo colegio, que era un poco, como todas las escuelas son, una cárcel para niños.

Íbamos a casa de mis tíos, de nuevo aparecía mi familia paterna.

Estabas menos delgado, con el pelo más largo, pero enfermo. Estabas tumbado en el sofá y, al igual que la otra vez, no podíamos hablar. La constante presencia de otras personas nos imposibilitaba la charla que hace tanto que esperamos.

Son sueños extraños, que me han dejado la falsa (o tal vez no) sensación de que estás bien, dentro de lo posible en esta situación.

Siempre he pensado que pasó algo en Regla. En mis delirios lisérgicos del año pasado me veía tumbada en la cama, en vigilia y posición fetal, con un cordón umbilical que salía de mi ombligo y que pasaba por encima de mares y océanos y me unía a ti a través de un mapa imaginario.

Sé que hay algo en la pulsera. Las prendas y los santos. Es algo que me contarás cuando nos veamos.

Y creo que todo esto saldrá algo bueno. El punto de inflexión ya ha pasado...

Me voy a dormir. Espero que me busques una noche más.



DEL SUEÑO A LA POESÍA
Silvio Rodríguez (Cuba)


Un mundo de contrahechos
se esparce en la cartulina,
bordado con punta fina
como los pelos del pecho.
País en que los deshechos
son amados todavía,
es la comarca sombría
donde la luz se perdona,
porque allí van las personas
del sueño a la poesía.

En un sofá diminuto
posa minúscula gente.
Unos sonríen al lente,
otros cuentan los minutos.
Bichejos de rostro enjuto
se asoman a celosías
y carroñeras arpías
prestan garras al retablo,
mientras hace redonda el diablo
del sueño a la poesía.

Un pavorreal se pasea
por un desván en penumbras
y a su paso, que deslumbra,
la oscuridad se voltea.
¿Qué transformó pluma en tea
de apariciones umbrías?
¿Qué pasión, qué melodía
tocó el corazón humano
para conducir la mano
del sueño a la poesía?

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