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miércoles, febrero 15, 2006

Resumen de noticias... o del amor cubano 


El otro día, Jesús Quintero le preguntó a Lena Burke si antes de abandonar la isla, a los 16 años, había tenido ocasión de descubrir el amor cubano. Ella contestó que sí, que como decía su madre muy sabiamente, en Cuba se pasa de la niñez a los asuntos.

Quintero le contestó que había tenido suerte, porque allí el amor es diferente, raíces yorubas por tradición judeo-masónica...

Nuestra primera noche empezó de un modo un tanto ridículo; tú me decías que en Cuba los hombres son los mejores amantes y yo te decía aun no había encontrado a nadie que me hiciera decir basta.

De madrugada me tuve que tragar mis palabras con patatas... te imploré que me dejaras dormir, y tú, satisfecho de tu hombría, te morías de la risa.

No me diste tregua en tres semanas. Me puse enferma, infección de orina. El médico en España me dijo que no llegó al riñón de milagro.

En el pecado está la penitencia...

Sé que esta vez estoy haciendo lo correcto.

Óleo de mujer con sombrero
Silvio Rodríguez

Una mujer se ha perdido
conocer el delirio y el polvo.
Se ha perdido esta bella locura,
su breve cintura debajo de mí.
Se ha perdido mi forma de amar,
se ha perdido mi huella en su mar.

Veo una luz que vacila
y promete dejarnos a oscuras.
Veo un perro ladrando a la luna
con otra figura que recuerda a mí.
Veo más, veo que no me halló.
Veo más, veo que se perdió.

La cobardía es asunto
de los hombres, no de los amantes.
Los amores cobardes no llegan
a amores ni a historias, se quedan allí:
ni el recuerdo los puede salvar,
ni el mejor orador conjugar.

Una mujer innombrable
huye como una gaviota
y yo rápido seco mis botas,
blasfemo una nota y apago el reloj.
Que me tenga cuidado el amor,
que le puedo cantar su canción.

Una mujer con sombrero,
como un cuadro del viejo Chagall,
corrompiéndose al centro del miedo
y yo, que no soy bueno, me puse a llorar.
Pero entonces lloraba por mí,
y ahora lloro por verla morir.

Pero entonces lloraba por mí,
y ahora lloro por verla morir

jueves, febrero 09, 2006

Has vuelto 


Y todo sigue igual, es como si nunca te hubieras marchado tan lejos y por tanto tiempo. Es hermoso recuperar la cotidianidad contigo. Me haces reír. Qué fácil es retormar nuestra vida en común.

Eres lo mejor que me ha pasado nunca... ya sé que me repito.

Andar contigo
Julieta Venegas

Hay tanto que quiero contarte
Hay tanto que quiero saber de ti
Ya podemos empezar poco a poco
Cuéntame que te trae por aquí
No te asustes de decirme la verdad
Eso nunca puede estar así tan mal
Yo también tengo secretos para darte
Y que sepas que ya no me sirven más

Hay tantos caminos por andar...

Dime si tú quisieras andar conmigo
Cuéntame si quisieras andar conmigo
Dime si tú quisieras andar conmigo
Cuéntame si quisieras andar conmigo

Estoy ansiosa por soltarlo todo
Desde el principio hasta llegar al día de hoy
Una historia tengo en mí para entregarte
Una historia todavía sin final

Podríamos decirnos cualquier cosa
Incluso darnos para siempre un siempre no
Pero ahora frente a frente aquí sentados
Festejemos que la vida nos cruzó

Hay tantos caminos por andar...

Dime si tú quisieras andar conmigo
Cuéntame si tú quisieras andar conmigo
Dime si tú quisieras andar conmigo
Cuéntame si tú quisieras andar conmigo

Si quisieras andar conmigo
Si quisieras andar conmigo
Si quisieras andar conmigo
Si quisieras andar conmigo

sábado, febrero 04, 2006

# 1 Historias de alcoba... lo que me cuentan mis amantes 


La irlandesa y su telar
Emma era irlandesa y vivía en París con Michelle, tejía. Iosaf, del mismo país, vivía en Londres con Mathew, tocaba el órgano. Rara vez se veían porque durante el fin de semana, Iosaf iba a visitar a Michelle a París y Emma subía a ver a Mathew a Londres. Se cruzaban en el Eurostar.

El telar de Emma se rompió y ella decidió ir a Malí a por uno nuevo. Tras un largo camino, llegó a Bamako y tuvo la desastrosa idea de enrollarse con un policía al que después dio calabazas. Le costó casi tres meses de cárcel.

Sus amigos, desde Europa, hicieron un bote con todos sus ahorros y mandaron a Mathew de emisario para sacarla de allí. Tras muchos sobornos y gestiones, Emma y Mathew volvieron a París, ella llevaba un telar con el que todavía teje desde su casa de Dublín.


La manzana de Winnie
Winnie había dedicado toda su vida al circo. A los ochenta años, ya retirada, decidió dejar de pagar el alquiler de su casa de tres plantas en Londres como protesta por la corrupción del Ayuntamiento.

Sintiendo que se moría, alojó en su casa a un grupo de jóvenes más o menos artistas, más o menos drogados, pero buena gente. Antes de morir les dijo: After my death, come here and squad this house.

Los jóvenes le tomaron la palabra y tras la muerte de la anciana se instalaron en aquel lugar. Tenían biblioteca, sala para pensar, habitaciones grandes... iban a tocar el órgano a la iglesia del barrio y el párroco les acabó tomando cierto cariño.

En la casa había un jardín con un manzano. Estaba casi muerto, sólo quedaban 2 manzanas en sus ramas. Un día encontraron un arco y, emulando a Guillermo Tell, empezaron a probar suerte. Nadie consiguió dar en la diana.

Fueron pasando los días, una de las frutas cayó al suelo. Finalmente, una madrugada, cuando salía el sol, uno de ello tomó el arco y diciendo Ésta va por ti Winnie, partió en dos la manzana madura.

Dice que es el único hogar que ha tenido en 15 años.


Amigos fieles
Se nos da mejor hablar de sexo que practicarlo. A veces pasa y no tiene nada de malo. Me contaste que una de las experiencias más intensas de tu vida fue una vez en casa de una chica. Te la estabas follando analmente y le habías metido una zanahoria en la vagina, la situación de por sí era ya morbosa.

Y llegó el otro. El dogo de la muchacha, su amante más fiel.

Sin inmutarse, se sentó sobre las patas traseras muy cerca de la cara de la chica. Ésta empezó una felación canina mientras tú ocupabas, incrédulo, sus otros dos agujeros. No entiendes cómo pudo excitarte tanto la escena... cuánto mayor es el tabú, más grande es el deseo que se esconde detrás.


La puta enamorada
Una noche en el Malecón, cuando tú tenías 17 años, se te acercó una muchacha. Le dijiste que tú por sexo no pagabas. Tal vez fuera la única manera que le quedaba de relacionarse con los hombres.

Te llevó a una plaza de la Habana Vieja y te folló encima de un banco. De repente, de las sombras apareció un policía. Ni hables ni te muevas, dijo ella. Tras mostrar la documentación os dejó tranquilos.

Te contó que se casaba y que se iba a vivir a un pueblo de Sevilla. La vida es dura en Cuba. Tú te ibas a Varadero y quedasteis en encontraros a la vuelta.

El día que volvías sólo estabas unas horas en La Habana antes de regresar a España. Ella había alquilado una habitación con su propio dinero para estar contigo esas últimas horas.

El azar quiso que el autocar se retrasara y os tuvieran que llevar directacmente al aeropuerto. La llamaste pero ella no estaba en casa, seguía esperándote en la cama por horas.

Al llegar aquí te mandó una carta. Respondiste pero no hubo respuesta. Llamaste y te dijeron que llegó después de que ella se hubiera ido a España. Ya no hubo más contacto.

Tuviste la suerte de probar el amor cubano.

Se llamaba Yaniza. Sé su nombre pero desconozco el tuyo.


Poemas en tinta china
Y éstas son las sensaciones de la última noche contigo... de ser el lienzo sobre el que has escrito tus poemas con tinta china mientras me tapas los ojos, me pones pinzas en los pezones, me atas con corbatas a la cama y a una flauta china, que en algunos momentos haces sonar.

Estimulas mis sentidos y me haces escuchar mi propio cuerpo. Cuando al final, me masturbas hasta el clímax, susurras en mi oído Gracias.

Gracias a todos vosotros, por tantos años de historias y experiencias.

viernes, febrero 03, 2006

La promiscuidad como forma de vida 


Esta semana ha reaparecido un viejo amigo... con él inauguré el blog allá por el verano de 2003. Mi mensajero favorito había perdido mi teléfono, pero volvió a mi antiguo lugar de trabajo, preguntó y me llamó. Quien me busca me encuentra.

Fuimos a tomar algo y nos pusimos al día de nuestra respectivas vidas. Más o menos todo sigue igual. Él con más arrugas, yo con más quilos. Los dos seguimos siendo promiscuos.

En su caso, la promiscuidad es casi un trauma. En su familia, la mayoría de los hombres han sido infieles compulsivos, destrozando la vida de sus mujeres e hijos.

Él sabe que siente el mismo deseo, pero no quiere ser igual. Por eso no tiene pareja.

Por eso tampoco duerme.

La promiscuidad es una opción, una forma de entender el sexo y un modo de relacionarse con el mundo. Viene a ser lo que las sociedades gastronómicas a la comida.

A todo el mundo del gusta el sexo, de igual modo que a todo el mundo le gusta comer. Pero la promiscuidad es diferente, es la atracción por lo nuevo, por saber más, por experimentar, por conocer cosas diferentes.

Pedirle a un promiscuo fidelidad es como pretender que un gourmet sólo coma un tipo de cocina el resto de su vida.

La diferencia es que en el caso del sexo no es algo que esté aceptado, ni bien visto, ni tampoco es fácil que el resto de personas logren entender lo que te mueve a actuar de este modo. Ya no entro en consideraciones de género, pero es evidente que en el caso de las mujeres la falta de comprensión es aún mayor (al igual que los estigmas).

Mi amigo tiene un problema, y no vivirá tranquilo hasta que no lo resuelva, uno no puede luchar contra su propia naturaleza...

Para muestra, un botón, la definición de promiscuidad según el diccionario de la RAE:

promiscuidad
nombre femenino
1 Mezcla o confusión desordenada de cosas diversas.
2 Conducta o comportamiento de la persona que cambia con frecuencia de pareja sexual buscando únicamente el placer.

PD Volvió a ser una noche hermosa.

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