Miscelanea de Mantis

Una amiga me contaba hace unos dí­as que el novio la habí­a dejado. Tras un año juntos, Él la había llevado a casa de sus padres y la habí­a presentado "oficialmente" como su novia. Al cabo de una semana, él la llamó para decirle que había estado meditando y pensaba que lo mejor era dejarlo antes de que su relación se conviertiera en algo más rutinario.

Ella está hecha polvo. Hasta aquí todo me parecía normal, quiero decir, la típica historia de treinteañeros; ella enamorada, con ganas de adquirir compromisos, pensar en el futuro... y él muerto de miedo, huyendo de la primera persona con la que realmente veía claro un futuro en común que implicaba renunciar a su libertad individual.

Hoy mi amiga me ha contado algo que yo desconocía: Él es seropositivo. Ella lo sabe desde hace seis meses y aun así decidió tirar adelante con la relación. Hace unas semanas se les rompió el condón y ha tenido que pasar por un tratamiento preventivo horrible. A pesar de la angustia, de los miedos y las neuras, ella siempre tuvo claro su amor por él y él la ha dejado.

Por otro lado, mi amante cuarentón se va a vivir con su novia. No cree en el amor, ni en las relaciones duraderas, pero se dá cuenta de que se hace viejo. Que las jóvenes ya no le miran. Que las gripes ya no se le curan tan fácilmente y que los dolores de espalda se pasan mejor en compañía. Y como el tiempo pasa ha decidio quedarse con lo mejor que ha encontrado.

Tras dos años despotricando del los que viven en pareja, riéndose del amor ajeno, ha decido dar un paso adelante con esta chica. Evidentemenete me seguirá viendo, probablemente va a necesitar más que nunca sus amores clandestinos.

Hay días en los que no entiendo nada...

Me escribe un amigo de otras tierras...

Estuve pensando la respuesta a una pregunta que me hiciste ¿Cómo te gusta el sexo? Sabes, te dí varias respuestas pero -por eso escribo- creo que ninguna era la más cercana a lo que hubiera querido decir.
Me gusta que la persona con la que estoy involucre su totalidad en el momento en que compartimos las más
sagradas onomatopeyas, como un atisbo breve a la integralidad desde la plataforma que envuelve a dos cuerpos. Creo que está mejor explicado.

En cuanto a la experiencia contigo, creo que te agradeceré siempre el que me hayas confiado la más dura de tus ternuras, esto lo pude disfutar desde que comenzamos a conversar, cuando acomodabas tu cabello detrás de tu oreja, cuando humectabas la superficie de tus ojos cada vez que se asomaba un dejo de emoción en tu rostro, cuando murmurabas "calma" alentando paz en mis ansiedades... cuando respiro los aromas que humedecen la espesura de tu piel, la bruma de tu cuello, me siento como respirando los recuerdos que habrán de olvidarme un día...

Mmmmmmm.....

Tras 15 días en México he vuelto a casa. La vuelta simpre es difícil; despedidas, sensaciones hermosas que dejas atrás, amores ocasionales, palabras dichas a medias....

Todo viaje implica dejar atrás personas y lugares que de alguna manera te han hecho mella. Volver a tu vida tras un paréntesis en el que tú has cambiado y tu entorno no.

Viva la melancolía...