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lunes, marzo 31, 2008

Gigantes 


Siempre me han atraído los hombres grandes. En general, a ellos también suelen gustarles las chicas pequeñas, así que todos contentos.

Hace muchos años, cuando llegaba a casa después de haber estado con mi novio gigante, mi padre me solía decir: hueles a macho. Muchos tienen un olor corporal penetrante, que te envuelve en un abrazo olfativo hasta horas después del encuentro.

Hoy me ha buscado un gigante. Hemos dejado caer la tarde de domingo entre abrazos y juegos.

El campo de batalla ha quedado hecho un cuadro; las mantas en el suelo, el colchón separado 30cm de la pared y la ropa desparramada por toda la habitación.

Aunque es de pocas palabras, me ha contado que tiene problemas con las chicas. Muchas se asustan o lo pasan mal ante lo desmesurado de su masculinidad. Por suerte, me ha dicho, sólo eres pequeña de estatura.

Le he recibido con toda la hospitalidad y calidez que ofrece mi cuerpo. Y como recompensa me he saciado de hombre.

Todavía huelo a él.

sábado, marzo 29, 2008

Escala de grises 


Escribo en una mañana gris tras una noche que pretendía ser blanca.

Como cada vez que logro reconducir una historia, me siento bien.

Sobre todo, porque no están los tiempos como para ir desperdiciando personas con las que me entiendo. Eso sería una estupidez.

Y me gusta pensar que una vez más se ha producido el intercambio. Encontrar el matiz en la escala de grises donde ambos podemos sentirnos cómodos y aprender.

Bonita mañana.

miércoles, marzo 26, 2008

Indecisión 


Quería dedicar este post a hablar de las personas indecisas y de lo terrible que me parece padecer semejante mal. Pocas veces me he sentido tan angustiada como cuando no he sabido qué camino seguir.

Por eso, cuando trato con alguien que tiene problemas para aclararse, suelo darle un empujón. Con ligera mala leche, como cuando estás al borde de la piscina y te tiran al agua. Pero también con respeto, y con la certeza de que las palabras amables y el cariño sólo contribuirán a potenciar el desasosiego.

Yo soy más de la incertidumbre a posteriori, de preguntarme si habré hecho lo correcto. Y tras 24h de un mail hiriente sigo pensando que sí. Que prefiero que me dejes ahora por ser una arpía de tecla afilada a que nos hagas perder el tiempo en las próximas semanas (no me gusta invertir en quimeras, Sabina dixit).

Y he planteado este post así, porque siempre es más fácil ver los defectos ajenos.

Y porque en el fondo este post debería tratar sobre la dependencia. Sobre lo perdida que estoy cada vez que te marchas. Sobre lo que me duele que vivas dividido. Y, especialmente, sobre cuánto me molesta saber que aun no soy capaz de resolver esta dicotomía.

Pero hago próposito de enmienda. En lo más profundo, en tratar de superar el pánico que me da estar sola. En lo más complejo, en ayudarte a solucionar la difícil situación que vives. Y en el futuro, para que algún día podamos tener la familia que ambos deseamos compartir.

Vuelve bien, te espero tranquila.

martes, marzo 25, 2008

Cambio de rol 


Desde hace tiempo deseaba traspasar la frontera, probar un cambio de rol.

Siempre pensé que se produciría más adelante, cuando fuera una persona más hecha y con más recursos.

Pero la realidad sigue sorprendiéndome y me ha ofrecido un candidato en bandeja.

En estos momentos estamos en plena fase de negociación. No sé si tendré la suficiente paciencia para acompañar su proceso ni para aguantar sus dilemas.

Paralelamente, encuentro un universo repleto de candidatos ansiosos. Así que me lo tomaré con calma, no tengo ninguna necesidad de promover acontecimientos.

Es interesante cambiar la perspectiva. Entiendo más el papel de quien me domina y sus inseguridades y eso hace que mi entrega se sedimente.

También me doy cuenta de que estoy cansada de tejer telas de araña estériles. Sólo quiero fortalecer una, es la única que en el fondo me sustenta.

Y sigo contenta, consciente de mi buena fortuna.

martes, marzo 11, 2008

Recuperando espacios 


Todo empezó la noche del sábado (tal vez más que empezar, se desencadenó). Fui a ver El Llibertí con una amiga y la inteligente ironía del texto me ayudó a comprender la realidad de mi naturaleza voluptuosa.

Tras tomar unas cervezas nos despedimos y, de camino a casa, me encontré con un amigo. Cerramos algunos bares y el deseo creció.

Mi amigo se fue (es un gay oso muy simpático), y decidí buscar en la red una satisfacción para mis anhelos. Tuve suerte, y un amable chico se ofreció a satisfacerme. Buena partida, deporte para calmar las ansias.

Además, el fin de semana me deparaba más sorpresas. El domingo tenía cita electoral en casa de otro amigo y, tras la manida reunión semiformal con personas de aparente normalidad, la noche fue depurando a los presentes y finalmente nos quedamos tres chicos de sutil tendencia gay y yo.

Me senté en el sofá para disfutar del espectáculo, me encanta ser espectadora del juego entre hombres. El voyeurismo, las risas y el cansacio acumulado me tenían sobradamente entretenida, hasta que uno de ellos se fue acercando.

Fue un encuentro lento y paulatino. Dulce, como el licor de algarrobas maltés que estábamos bebiendo.

Finalmente se decidió y se produjo el contacto. Hermoso y tierno.

La noche fue tranquila y llena de confidencias. Sexualidades antagónicas en tempos acompasados. Es bueno encontrar a alguien que necesita algo que puedes ofrecerle, y viceversa. Fantástico.

Y estoy contenta. Porque me doy cuenta de que puedo y estoy haciendo mi vida, por encima de los momentos que viven las personas con las que comparto realidad emocional. Lugares comunes del amor. Y hacer mi vida no es incompatible con seguir estando cerca, entregada a las personas que quiero, sólo es algo que me hace sentir mejor y que me ayuda a tomar cierta distancia.

Por suerte, sigo siendo una persona afortunada.

sábado, marzo 01, 2008

Nuestra historia en un blog 


Hoy he releído todos los post que he escrito sobre nuestra relación. Es curioso como breves notas te hacen revivir momentos, sensaciones y situaciones ya pasadas. Me ha ayudado a hacerme una idea global.

Hay dos palabras que se repiten con insistencia: equilibrio y adaptación. Creo que han sido la clave de nuestro éxito (ya no sé si puedo seguir considerándolo así). Y otra que describe la parte negativa de estos casi dos años que hemos pasado juntos: crisis. Como dice una política, crisis en chino significa cambio y oportunidad. Que así sea.

En fin, en 20 días he pensado mucho y le he dado un sinfín de vueltas a la situación. Y la única conclusión que me parece razonable es que no puedo seguir proyectando en ti mis problemas de pareja y que, aunque me duela, no debo permitir que ni tú ni nadie ocupe un lugar tan importante en mi vida (hace 12 años que nadie me partía el corazón).

A partir de este punto, tengo claro que te sigo queriendo (mucho) y que tú sigues necesitándome (qué hacen dos personas que llevan dos años juntas follando en Montjuïc encima de una moto?). Eres más de hechos que de palabras, y ante esta realidad (la de la moto), lo siento pero la palabra novia me suena poco seria.

Entiendo tu crisis de los 40, entiendo que ahora estés viviendo a chorro, sin pensar. Pero recuerda el efecto mariposa, las consecuencias de tus decisiones son imprevisibles, y algunas te encontrarán totalmente desprevenido.

Has iniciado una oleada de cambios, pero creo que aun no sabes qué quieres. Espero poder ayudarte en tu búsqueda, ahora que me doy cuenta de que no te necesito tanto como pensaba.

Cuídate.

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