domingo, noviembre 20, 2005
Volver
Tal vez cumplir años se resuma a tener más lugares a donde debes volver, más personas que no te olvidan, más compromisos adquiridos y menos paciencia para las cosas superfluas.
Vuelvo esta semana a Venecia, cumplo años en quince días.
Sé que me enviará un email el cinco de diciembre, como hace siempre desde que nos despedimos, cinco años atrás, y me pedirá que no olvide mi 21 aniversario, cuando de madrugada fuimos a ver cómo salía el sol en la laguna y las primeras barcas parecían sombras chinas sobre la línea del horizonte.
Sé que me pedirá que vaya a visitar la mancha en forma de mujer de la pared de la plaza de Santa Maria Formosa, que fue silenciosa testigo y cómplice de nuestras confesiones de amor.
Sé que me preguntará si sigo guardando el paquete de tortellini que me dio cuando nos despedimos y que algún día, cuando nos encontremos, nos comeremos acompañados de un buen vino.
Y sé que no volveremos a vernos, porque elegimos continuar con nuestras vidas, porque entendimos la evidencia de que ambos estábamos con la persona correcta, la certeza de que en cinco años nos hubiéramos convertido en lo mismo que éramos con nuestras respectivas parejas. Fuimos, el uno para el otro, la mejor solución para resolver nuestros problemas conyugales.
Y nuestra historia acabó, serenísima, en un muelle de una isla de Venecia. Desde que se fue aquel barco, nunca más le he sido infiel a mi pareja.