miércoles, junio 30, 2004
Maldito Sabina
Mi primer recuerdo de Sabina es de la bodega de un amigo. En un momento de la noche nos callamos para oír como un locutor nos dedicaba una canción a todos los del pueblo. Esa canción era Princesa y yo tenía 13 años.
Desde entonces, y ya ha transcurrido más de un decenio, él me acompaña. Con Princesa viví mi primer gran amor, como decía Lope: caer de un cielo y ser demonio en pena, y de serlo jamás arrepenterirse.
Sus canciones siempre han acompañado mis penas, mis alegrías, mis amores y desamores. Con Como un explorador, aprendí a olvidar, con Magdalena, me definí, con Besos y Porros, sigo recordando mi amores, Sin embargo es mi día a día...
Sabina describe la parte canalla de la vida española. Los que hacemos turismo por esa zona nos sentimos identificados con sus músicas. Cada canción relata una situación, describe un momento de nuestra existencia.
Maldito Sabina, sigue cantándonos.
lunes, junio 21, 2004
Contumacia
Decía un profesor de matemáticas que tuve en secundaria que la contumacia es la persistencia en el error, y que los alumnos éramos tan libres de cometerla como él de suspendernos.
Hoy sigo recordando con cariño la frase del profesor cada vez que me doy cuenta de lo bien que define este término algunas de mis acciones del presente.
A medida que van pasando los años, creo que cada vez soy más consciente de mis excesos y defectos y trato de analizar mis actuaciones de una manera más racional. Aun así, me frustra enormemente saber que con el tiempo sólo he sabido detectar mis errores, pero que sigo siendo incapaz de evitarlos.
Últimamente me estoy superando a mí misma, y mi nivel de contumacia está alcanzando máximos históricos. Después de cometer un error, me siento mal y la caída en picado de mi ánimo es proporcional a la estupidez perpetrada.
No sé si con el tiempo seré capaz de protegerme mejor, de exponerme menos y de actuar con mayor prudencia. Tampoco sé si una Mantis así seguiría siendo la auténtica Mantis.
Hoy no tengo nada claro. Estoy deprimida.
lunes, junio 14, 2004
A ellos, benditos hombres
Al que amo:
Marcos
A los que quise:
Eduard
Fernando
Boris
Héctor
A los que son mis amigos:
Javi
Luis
Josep Mª
Joan
Dimas
Roberto
A los que me hicieron llorar, me conmovieron:
Eliesel
Javier
Matías
A los que me enseñaron:
Amo
Hugo
A los que me excitaron:
Jordi
Abdel
Christian
Goulash
Manlio
Al resto:
Pato
Manuel
Francisco
Jorge
David
A todos ellos,
GRACIAS
domingo, junio 13, 2004
La Dama de Blanco
Llevo tres días atrapada en el siglo XIX. La Dama de Blanco se ha apoderado de mi durante todo el fin de semana y no he sido capaz de dejar el libro hasta llegar a la última página.
Hacía mucho tiempo que no leía una novela de misterio (mi género favorito) tan bien escrita, con una trama tan bien construida y un argumento tan cautivador.
A menudo las novelas de misterio pecan por centrarse demasiado en el ritmo de la narración, por buscar la atención del lector a cualquier precio. Esta novela dibuja con maestría unos personajes peculiares y angulosos, describe situaciones y ambientes con precisión y juega con el lenguaje y sus registros. Aun así, consigue mantener viva la intriga en todo momento.
Os la recomiendo de todo corazón.